La Ley General para la Defensa de los Consumidores y Usuarios dice lo siguiente sobre las cláusulas abusivas: “son aquellas estipulaciones no negociadas individualmente y todas aquellas prácticas no consentidas expresamente que, en contra de las exigencias de la buena fe causen, en perjuicio del consumidor y usuario, un desequilibrio importante de los derechos y obligaciones de las partes que se deriven del contrato”.
La ley dice también que si una cláusula no ha sido negociada individualmente, será abusiva si se impide al cliente que conozca su existencia y su contenido. Para ser válida, esta cláusula debe estar redactada de una manera concreta, clara y sencilla tanto en el contrato como en la información precontractual, con un texto de tamaño adecuado que sea fácil de leer.
¿Y cómo se trasladan estos dos puntos a las hipotecas? Explicado en pocas palabras, cualquier cláusula de tu contrato hipotecario puede considerarse abusiva si el banco te la incluyó sin explicarte su existencia o sus consecuencias y te provoca un perjuicio. Es decir, te cuesta dinero, te coloca en una posición de vulnerabilidad, falta a tus derechos, etc.
¿Qué pasa si una cláusula de mi hipoteca es abusiva?
Si llevas a tu banco a los tribunales por la inclusión de cláusulas abusivas y el juez sentencia a tu favor, las cláusulas reclamadas se eliminarán de tu contrato. Además, tendrás derecho a recuperar todo el dinero que el banco te haya cobrado indebidamente por su aplicación.